Ya es otoño, y no solo para el Corte Ingles, ya es oficial. El fresquillo, los árboles amarillos, o más bien las aceras (llenas de hojas) amarillas, bolis y libretas nuevas, rozaduras por las botas, colacao calentito, madrugones, calcetines. Tengo que encontrar una nueva b.s.o. que me alegre los días grises y me ayude a caminar con paso decidido.
Dicen que el otoño es el alma del verano. ¡Los huevos! Cambio estacional, putada estomacal. No llevo nada bien el otoño. Intento auto engañarme y creo que lo consigo, jejeje, pero espero con ansiedad el veranillo de los membrillos, esos últimos días de sol, alguna comida en un ventorrillo, cafés de terracilla…
Espera un momento, sí que hay una cosa que me gusta del otoño: El viento. Aún no es tan frío como el del invierno, pero sopla fueeerte, tanto que te deja sorda, te aturde, te despeina y a veces hasta pierdes el equilibrio y, como huele…
Dicen que el otoño es el alma del verano. ¡Los huevos! Cambio estacional, putada estomacal. No llevo nada bien el otoño. Intento auto engañarme y creo que lo consigo, jejeje, pero espero con ansiedad el veranillo de los membrillos, esos últimos días de sol, alguna comida en un ventorrillo, cafés de terracilla…
Espera un momento, sí que hay una cosa que me gusta del otoño: El viento. Aún no es tan frío como el del invierno, pero sopla fueeerte, tanto que te deja sorda, te aturde, te despeina y a veces hasta pierdes el equilibrio y, como huele…
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