11 junio, 2006

"RUTINILLAS"

Sábado 10, 9:30h.

Como siempre, llego tarde. Soy consciente de la mala impresión que eso produce, pero mi inseguridad no me permite pasar por alto ninguno de mis rituales, antes de salir (miradita al espejo, comprobar bolso: tabaco, móvil, llaves y monedero, cremallera del pantalón, miradita al espejo, un último pis, + colonia y desodorante, cremallera del pantalón, ¿llevo los pendientes? Si, miradita al espejo, ¿cogí las llaves?, despedida (con pase de modelos incluido ¿es que no tienes otra camisa? ¿Por qué no te peinas “patrás”?) Miradita al espejo. “jijiji” “jajaja”, menudo suplicio).

G!º: ¡Que me voy!
Masun: Que no te vas a cambiar la camisa ¿no?
G!º: ¡¡¡ ADIOOOSSS !!!

(Portazo, para hacer evidente que me he ido)

Masun: La niña, que no se puede hablar con ella, “oyes”.
Pasun: ZZZzzz…

(El tono de voz de mi madre es lo suficiente alto como para que pueda escucharla con claridad tras la puerta) Pero que bajo las escaleras, salgo, miro “parriba”… Coño, y allí está, junto a sus margaritas, apoyada en la barandilla del balcón. (Se que algún día echaré de menos todo esto, pero soy la típica hija desagradecida y malhumorada, aunque consciente de la falta que me hace mi madre. ¿Qué haría yo sin mi Masun?)

Masun: Que te diviertas.
G!º: Sí ma.
Masun: A ver si sales más.
G!º: Sí ma.
Masun: ¿Llevas suficiente dinero?
G!º: Sí ma.
Masun: ¿No tenías una camisa azul nueva?
G!º: QUE YA LLEGO TARDE MAAAAAAAA. (Mientras echo a correr).
Masun: Siempre te pasa lo mismo, eres una plasta. (Esto también lo escucho, y eso que ya di la vuelta a la esquina).

Esta conversación sería muy corriente si no tuviésemos en cuenta el pequeñísimo detalle de que superé la treintena hace tiempo.

Sábado 10, 9:45h.

G!º: Lo siento.
Nexo: No tienes arreglo.
G!º: ¿Dónde vamos?
Nexo: ¿Dónde siempre? ¿Sabes que hoy es sábado de feria?
G!º: Anda queeeee… Claro que no tenía pensado subir al ferial, por eso no he estado pendiente.

(Nos miramos)

G!º: Que estamos mayores…

Nos reímos, miramos al camarero y al unísono decimos:
“Un Nestea por favor, y de tapa lomo Ali-Oli”.
Las eternas charlas con el Nexo son completísimas. Nos quejamos de todo, nos ponemos al día en cuestión de chismes, despellejamos al que (por mala fortuna) toque esa vez, nos reímos, nos hacemos confidencias de todo tipo, amorosas, familiares, psicológicas, laborales, etc… (Que desahogo, tú).
Cuando vuelvo a casa estoy como nueva. Meto la llave en la cerradura y con extremo cuidado, abro y cierro de nuevo, a oscuras, me quito los zapatos y recorro el pasillo sigilosamente y justo cuando voy a doblar la esquina “clic” se enciende la luz de la mesilla de mi madre.

Masun: ¿Ya estás aquí?
G!º: Sí, duérmete masun, mañana te cuento.
Masun: Dile a tu padre que baje la radio.
G!º: Sí ma.
Masun: Ya he hecho pis 7 veces esta noche.
G!º: Sí ma.
Masun: ¿Lo has pasado bien?
G!º: Buenas noches ma.

Sigo andando de puntillas por el pasillo de camino a mi dormitorio.

Masun: Que no se puede ni hablar con esta niña.

Por supuesto que lo escucho mientras entro en mi habitación. ¿Las madres duermen alguna vez? ¿Dejan de preocuparse alguna vez? ¿Olvidan algo alguna vez? Claro que no, son un coñazo, pero un coñazo impagable. Yo no cambio a mi Madre ni por 3.000 camellos, o millones, jejeje.

P.D. Las conversaciones no están escritas textualmente, siento que mi memoria no de para tanto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro velo que cae, estás disparada...y fantástica. Eso de que has pasado la treintena parece de coña, y lo digo en serio.
Al soniquete de "Sí, Ma" le pongo acento cubano y me da la risa.

No se de donde proviene tu inseguridad, si fuera sicólogo te diría algo sobre un trauma infantil o una milonga por el estilo, pero de veras me cuesta entenderlo, pero no te animo a que cambies

G!º dijo...

Se me hace raro que no me sueltes una de tus misteriosas parrafadas.
En realidad estoy sorprendida de que tú también estés sorprendido. ¿Por qué? ¿Que ha cambiado? ¿Que pasa? ¿No te entiendo muy bien?

Aunque no me extraña que piensen que soy más joven si los temas que me preocupan (y de los que hablo en el Blog) son el final de curso, mis miedos, mis discusiones con "mamá", mis (a veces) ingenuas opiniones, y un largo etcétera.

Pero sí, pasé la treintena, con bastante dificultad y sin pena ni gloria. Y aquí estoy, con la Q´10 en plena postadolescencia. Que hay que joderse. Tendrían que sacar una crema antiarrugas y antiacné dos en una para caraduras, paranoicas y chifladas como yo. O a lo mejor no somos tantas y no les trae cuenta. No sé, en cualquier caso y muy humildemente, te digo: “Conmigo rompieron el molde” (y no es un piropo precisamente).

¿En serio lees entre líneas?
Alucinante.

Anónimo dijo...

Misteriosas parrafadas...eso si me sorprende, bueno no siempre puedo estar a la altura de lo que se espera de mí.
Quizá mis últimos comentarios son un reflejo de lo que percibo en tus post, ahora más cercanos y alegres, quizá no has cambiado sustancialmente el estilo pero noto otra actitud, puede que yo esté equivocado y por eso no lo entiendas.
En realidad nunca me había planteado cual es tu edad, y como tu señalas, los temas que tocas en tu blog no hacen pensar en una mujer de mas de treinta, en cualquier caso no cambia nada para mí en relación a mi forma de seguir comentando en tu blog.

Caradura, paranoica y chiflada, y de postre rompiendo el molde, vaya, al final vuelves a las andadas, desde luego sabes como castigarte.
Lo de leer entre líneas no es literal, eso sería arrogante por mi parte, es mas bien que leo con atención y trato de deducir basándome en la observación, y eso es mucho pretender pero lo intento.

Y meto la pata con frecuencia.

Anónimo dijo...

TOMA, DAME, TOMA, DAME, DAME, TOMA...

IRSUS A UN HOTELL!!!!!!!!!

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