19 febrero, 2006

"¿UNA CONVERSACIÓN INTRASCENDENTE?"

Es peligroso hablar de una persona que no está presente. Todos lo hemos hecho. No es justo para ella, pero tampoco para los demás. Sin saberlo, puedes hacer mucho daño pues puede que en esa reunión haya alguien que se vea reflejado en lo que allí se está comentando y de repente se encuentre ante un muro de incomprensión. Es fácil entonces que la tristeza lo embargue y hasta se sienta ridículo, atacado, humillado. Por otro lado es bueno que alguien diga tus errores en voz alta (se hacen más reales y puedes ponerles remedio). Pero en el fondo no te hablan a ti, nadie sabe lo que está pasando, y por lo tanto, termina por no servir de nada. O lo que es peor, si antes te costaba hablar de tus problemas, después de una conversación así puede que sea imposible en el futuro.

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